¡A trabajar diputados!

Por: Armando León Lezama

Legislar, es estudiar, aprender, escuchar y encauzar marcos legales para las y los habitantes, en su convivencia personal, de pareja, familiar, comunitaria, social, laboral, educativa.

Es notorio, evidente, que la fiebre por cobrar salario de lujo y ostentar un cargo de privilegio, como lo és ser integrante del poder legislativo local, lleva a hombres, mujeres y diversos, a ser volanteros, camina a fuerza, sonrientes, chistosos, amables por pose, saludadores, besucones, y toda clase de simuladas simpladas, dizque caime bien para parecer el idóneo para ser representante popular.

Lamentablemente, esa postura es la clásica actitud de la mayoría de quienes han pasado como diputados y diputadas, al menos las tres últimas legislaturas del Estado de Baja California Sur.

De 21 llamados representantes del pueblo Sudcaliforniano, los menos - no más de 5 en cada vez de tres años -, se desempeñan con medianía de responsabilidad 16, pasan dando pena ajena. Desmereciéndo lo que ganan y lo caótico, lo que representan ante las y los habitantes de la entidad Sudpeninsular: El poder legislativo.

La última moda de los calienta curules cuando asisten, es pasar el tiempo entretenidos en la pantalla de los teléfonos movil, en todo momento - incluso en sesiones ordinarias, extraordinarias y solemnes -.

Por ello, no todos los buscadores de cargo legislativo, NO vienen para hacer historia de la buena, no traen un proyecto social, no entienden de lo jurídico, ni les gusta estudiar.

- Aquí aprovecho para felicitar a los mejores asesores legislativos. Ya que en ellos recae el trabajo de reformar y hacer nuevas leyes -.

Ojalá que no sean las encuestas, el favoritismo, nepotismo, u otras maneras no correctas de designar candidaturas, las que prevalezcan.

Ojalá que la ciudadanía, la prensa, la opinión pública...les pongan  verdadera observación y les apliquen señalamiento o reconocimiento, según la condición de su trabajo.

El poder legislativo del Estado de Baja California Sur, no merece lleguen oportunistas, flojos, simuladores, inexpertos, desinteresados, ambiciosos en lo personal y obedientes a grupos de poder político, económico, empresarial...ajenos a los sentimientos y aspiraciones de las y los habitantes de la media península.