Por: Armando León Lezama
Conocí al joven Montiel Ochoa Bernardo en su carácter de asistente de un diputado local que también atendía en su tarea de presidente del comité ejecutivo estatal, de un partido político surgido en 1929.
Percibí en su entusiasmo, actitud y hechos, que trae como se puede expresar, "sangre y temple para la política del servicio público y la representación popular y constitucional.
Actualmente, comprobé que esa observación sobre su vocación, no está errada. Me dio gusto por él y espero también, en caso de ser parte del cabildo del ayuntamiento del municipio de La Paz, Baja California Sur, sea para bien de habitantes de ésta demarcación jurídica, política y electoral.
No es asunto menor ser regidor. Ello implica ser legislador municipal en la reglamentación de muchas actividades de la vida pública, productiva, social, cultural, de las zonas rural y urbana.
Sin que vayan en el orden cronológico de lo ocurrido, agrego algunas acciones más que recuerdo en el andar de la trayectoria de una realidad actual como político y una esperanza de ascensos en el devenir de Bernardo Montiel Ochoa:
Coordinador municipal - La Paz - del PVEM.
Candidato a diputado local por el distrito II de Baja California Sur.
El caso es que al paso de los años sigue vigente en el escenario político y eso habla bien de aquel muchacho dinámico que va madurando y quitándose cordón umbilical y padrinazgos de figuras consolidadas en el momento pasado.
Ahora va por sus propios pasos y a decir de muchos, en el lado correcto de su historia.
En buena hora.
No claudique, no se malee, no le falle a las y los habitantes de su patria chica: Baja California Sur.
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