Gracias a los recientes estudios que el Instituto Geológico de los Estados Unidos hace en el estado de California, se conoce que la activación de la falla de San Andrés que se espera de un momento a otro, también puede desembocar en otros eventos sísmicos importantes que impactarían hasta el sur del Golfo de California.
Una que mucho ha llamado la atención es la falla de Hayward que corre a lo largo del lado este de la Bahía de San Francisco, y es una de las más activas y peligrosas de Estados Unidos porque atraviesa una región densamente urbanizada e interconectada, que abarca los condados de Marin, Sonoma, Napa, Solano, Contra Costa, Alameda, Santa Clara, San Mateo y San Francisco.
Con el nombre "Big One" se refieren a un terremoto catastrófico que, según los sismólogos, ya debió haber ocurrido.
La parte media de la falla se rompió hace unos 160 años y la parte norte en 1906, provocando el devastador terremoto de 7,8 grados que destruyó gran parte de San Francisco en 1906 y dejó más de 3.000 muertos.
Pero la que más preocupa a los científicos es la sección sur de la falla, en la que no se ha producido un sismo en cerca de 300 años, pese a que los registros geológicos indican que es la causante de un gran terremoto con una periodicidad de unos 150 años, y en todo ese tiempo ha ido acumulando tensión.
En la península de Baja California no existe a la fecha un sistema de aviso sobre sismos. Es más ni siquiera hay bocinas de alerta en las calles de las principales ciudades.
En Los Ángeles ya se cuenta con una aplicación móvil que avisa a los residentes del condado de Los Ángeles hasta 40 segundos antes de que se produzca un temblor de magnitud 5 o superior. Esto no solo ayuda a alertar a la población, sino también a las autoridades.
Esto porque en las zonas urbanas de California se prevee el mayor número de daños y posibles víctimas, no tanto hacia el Golfo de California, aunque ahí se pueden activar los sistemas tectónicos en las dorsales, sobre todo las ubicadas de La Paz hacia el sur.






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